To live is to die.
"When a man lies he murders
Some part of the world
These are the pale deaths which
Men miscall their lives
All this i cannot bear
To witness any longer
Cannot the kingdom of salvation
Take me home."
Clifford Lee Burton (1962-1986)
miércoles, 24 de febrero de 2010
Seducidos por la muerte
El ser humano es suicida por naturaleza, la muerte lleva a cabo su sutil seducción y nos atrae hacia ella.
Tememos a la muerte, pero tambien la buscamos. La carne es debil y no puede resistirse al sádico encanto que esta supone. Intentamos hacernos creer a nosotros mismos que la tememos y que nos alejamos de ella, pero nos empeñamos en someter nuestra voluntad a los aparentemente indefensos vicios.
Hoy he experimentado de manera cercana que esa voluntad, una vez perdida cuesta demasiado recuperarla. Algo que parece tan sencillo como dejar de fumar, pensamos, cuando quiera lo dejo, pero no es asi. No todo es tan sencillo, una vez que el mortecino nectar roza nuestros labios y se mezcla con nuestras entrañas comienza la gestación de uno de los mayores demonios del ser humano, la tentación.
Cada vez que reincidimos, intentamos convencernos de que controlamos a ese demonio, que lo tenemos agarrado entre el dedo indice el corazón y que seriamos capaces de arrojarlo mientras sus humeantes exalaciones hipnotizan nuestra ser y nublan nuestra mente. ¿Seriamos capaces de hacerlo en verdad? la respuesta puede parecer obvia, claro que se puede al fin y al cabo basta con no coger un cigarro y encenderlo, bastaria con no mover un brazo. Pero, ¿que hacemos cuando dejamos de ser el dueño de nuestro cuerpo y nuestro demonio interno toma el mando? nada, dejarnos arrastrar, fundirnos con la podredumbre del oscuro elixir y dejar que tu cuerpo se consuma poco a poco como la ultima colilla que hemos dejado apagandose en la acera.
¿Acaso no es eso al fin y al cabo? La muerte nos toma entre sus manos, nos enciende y nos consume hasta que no queda nada más que hollin y una marca de carmín negro al final del filtro.
¿Nos merecemos eso?
Tiene que haber un modo de encontrar la luz entre la ponzoña y recuperar la voluntad que perdimos en una partida amañada por el heraldo de la muerte en un desesperado intento por poseernos.
Si hemos perdido la luz, debemos encontrarla en otras personas, aquellas que no te ofrecen un cigarro o un libro de autoayuda, sino aquellas que se pasarian contigo semanas y semanas hasta que la mortecina atraccion desapareciese al fin...
Nadie puede entregarnos las riendas de nuestra vida, pero pueden ayudarnos a alcanzalas.
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¡Dani me encanta! es tan sincero y profundo :)
ResponderEliminarde verdad le pones sentimiento y se nota ^.^ ya se por que te considero especial :)
Te quiero :D