паломничество
Desde las afueras se puede apreciar
que San Petersburgo está hermoso en esta época del año. El frío corta cual
cuchilla y el granizo cae sin piedad sobre todos los peatones, sean locales o
turistas. La vida de turista siempre me había parecido frívola y poco a poco
fui tomándole cierta aversión a esta denominación. Viajero en cambio, es un término
con el que no me importa identificarme. El viajero sigue el camino sin saber
muy bien a donde le lleva, renuncia al hogar como lugar físico para tratar de
entenderlo como un estado mental. El turista crea ilusiones en lugar de
vivirlas. Se aleja de sus casas y observa el mundo a través de un filtro de no
pertenencia y eso les priva de su capacidad de involucrarse espiritualmente y
sentir.
Siempre hay un tren esperando a ser
tomado. Quizás no lleve a ningún "lugar", pero ¿Qué entendemos por
lugar? ¿un emplazamiento en el que las personas han creado vínculos? ¿un
conjunto de elementos naturales o artificiales de interés para el hombre? Con
esa mentalidad seguiremos moviéndonos hacia centros urbanos superpoblados
reduciendo lo que nos rodea a un mero escaparate y desplazándonos en círculos hasta
caer en el olvido. Un coche se detiene sobre el gélido asfalto con las luces
traseras encendidas.
— где — pregunta el hombre. — смерть—
digo mientras cierro la puerta con un ruido seco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario