Es irónico
que la primera entrada de mi blog hable sobre el cambio y 5 años más tarde
vuelva a escribir sobre ello. Más irónico aun sería escuchar que esta será mi
ultima entrada en Cáncer de Páncreas, que mañana cuando salga a la calle me
desvaneceré. El mundo se pararía unos minutos, luego a cámara lenta y luego
volvería a su curso normal.
"¿
Que le pasó a aquel chico, Dani, el del pelo largo?"
"No
se, hay quien dice que desapareció una mañana de enero y solo quedo en el suelo
su chaqueta de cuero y un sobre vacío."
El mundo está hecho de un tejido
similar al de los colchones de látex, si aprietas tus manos contra él con
fuerza y luego las retiras queda una marca. Cuentas hasta cinco y la materia ha
vuelto a su sitio. Es el curso de las cosas, nadie nos ha enseñado a ser
trascendentales y caemos en lo efímero una vez tras otra. De la misma forma que
la silueta de tu columna vertebral ha desaparecido de mi colchón, mi huella
comienza a desvanecerse. Dejando esta sala, estas calles y esta atmósfera
abarrotada de elementos intrascendentes.
Envidio a la tierra simplemente por
el hecho de estar ahí, miro con recelo a las nubes por su habilidad para
descargar iracundos torrentes y luego partir como si nada. Traté de imitar al
longevo río, fluyendo una y otra vez por el mismo curso por tener la sabiduría
necesaria para evitar valles estancos. Fallé. Camino cada día entre mares de
gente que aparecen ante mi como carcasas vacías moviéndose hacia espacios aun más
vacíos.
Desde mi escritorio una noche más
afirmo que me equivoqué tan solo una vez, pero no caí en la magnitud de mi
equivocación y en todo lo que esta conllevaba.
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