To live is to die.

"When a man lies he murders
Some part of the world
These are the pale deaths which
Men miscall their lives
All this i cannot bear
To witness any longer
Cannot the kingdom of salvation
Take me home."

Clifford Lee Burton (1962-1986)

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Querido siglo XXI

Querido siglo XXI:

Siento decirte esto, pero no estaba preparado para ti. Ni para tu vida fácil ni tu gente vacía, para unas autopistas de la información que transportan más  vidas que las vías de hormigón que entreveran el territorio. No entiendo a tu gente, su forma de ser y de pensar me resulta anómala, sueño con una vida orgánica mientras mis venas se van reemplazando lentamente por fibra óptica y torbellinos de cobre.

Sé que no es tu culpa pero tenía que decírtelo, cada vez me cuesta más relacionarme con mis coetáneos ¿sabes? Ya no quieren hablar de nada, solo de sentimientos falsos, reproduciendo películas de otra época que ni siquiera han visto y llevando vidas que parecen más calcos de existencias previas que algo original que les defina. Además, poco a poco están olvidando a amar, en unos años creo que este concepto se extinguirá y nos dejará a los románticos perdidos en una sociedad sin alma que se extiende hasta más allá de donde alcanza la vista.


Por todo esto y mucho más, te pido que me señales la dirección correcta. La dirección que me pueda llevar a algún lugar intacto inalterado por el yugo del tiempo. Un lugar donde poder sentir y ser libre. En definitiva un lugar donde vivir una vida auténtica, plena y centrada en el amor y las relaciones interpersonales. Ayúdame, antes de que se me olvide del todo como sentir.

jueves, 1 de mayo de 2014




0205

Intensa, la indolencia con la que permanecemos.
Eterno y reciproco el dolor que jamás compartiremos.
En esta habitación hay estallidos—de luz— cuando te vas.
Cuando el ultimo vistazo robado es tan solo un furtivo pliegue de tu camisa.
Con impotencia soy testigo de la desaparición de tus esencias.
Se filtran entre las juntas, como río ahogado entre crueles montañas.
Sería terrorífico sentir tus labios ahora, en la oscuridad sorda.
Desdoblando el eco de nuestro último encuentro para arrebatarme de nuevo el control.
Hay estallidos— de luz te digo— los he visto,  aparecen cuando no miras. Juegan al despiste.
Jamás debiste marcharte, ya no queda nadie y pensarán que estoy loco.

Que nunca ocurrió, que la luz nunca fue.