To live is to die.
"When a man lies he murders
Some part of the world
These are the pale deaths which
Men miscall their lives
All this i cannot bear
To witness any longer
Cannot the kingdom of salvation
Take me home."
Clifford Lee Burton (1962-1986)
martes, 17 de enero de 2012
3:54 AM
Al llegar, como cada noche, destrozado al lecho que tantas vigilias como ausencias ha presenciado. Abrumado por cuestiones que quizás jamás encuentren respuesta y con el falso abrigo proporcionado por las miradas de una entidad extraña que cada noche cambia de apariencia y de ser, aparentemente con el único objetivo de hacerme caer en la confusión.
Demasiados pasos se han dado en la dirección errónea para poder volver al comienzo y encauzarse de nuevo hacia esa senda correcta, ese camino que hace que cada noche y cada tarde, incluso las ahora olvidadas mañanas tengan un sentido. Quizás la necesidad de alguien con quien compartir mis vivencias hace que todo parezca aun mas vacuo. La amistad parece desgastarse con cada palabra y el significado del amor lleva demasiadas lunas perdido en parajes del olvido.
Incluso a un servidor le suena contradictoria la idea del ser como algo incompleto, como algo inacabado, que necesita ser arrojado a un mar de azar para encontrar ese fragmento extraviado que hace que todo funcione en el momento exacto, como si de un mecanismo de relojería se tratase.
Y mientras este concepto se gestaba en una parte de la mente de un joven confuso e inmaduro, el resto de su cabeza se centraba tan solo en hechos condicionales: lo que se podría haber dicho, hecho, pensado... cualquier cosa. Todo estaba mal, todo era insuficiente. A pesar del desasosiego que le causaban las imágenes dispersas, que se desvanecían a medida que avanzaba el crepúsculo, supo encontrar la calma y la claridad, alcanzando un estado de equilibrio entre el orden y el caos, un lugar indescriptible e irremplazable, un lugar propio, un lugar que decidió llamar Hogar.
Daniel Lee Burton
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